Sócrates y los amigos

 

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Fedro

El gran filósofo griego estaba construyéndose una casa y, como no contaba con demasiados recursos, esta era modesta, sencilla y sin adornos.

Al ver la obra, quienes pasaban por ahí solían criticarle:

-¡Vaya casa más sosa; no tiene jardines ni balcones!

-¿Qué clase de filósofo eres que no te puedes pagar una casa lujosa e importante?

-Es demasiado pequeña; en ella te sentirás enjaulado.

Pero a todos ellos Sócrates contestaba igual:

-En verdad, la casa no es maravillosa; pero será la mejor del mundo cuando la llene de buenos amigos.

MORALEJA

La amistad es más importante que todas las riquezas. 

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El lobo y la oveja

 

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Esopo

El lobo, harto y con su apetito ya saciado, vio a una oveja tendida en el suelo.

Al darse cuenta de que se había desplomado de terror al verlo, la tranquilizó y le prometió dejarla ir si le decía tres verdades.

La oveja le respondió.

-Primera verdad: preferiría no haberte encontrado.

Segunda verdad: ya que te encontré, hubiera preferido verte ciego.

Tercera verdad: ¡ojalá te mueras, tú y todos los malvados lobos que constantemente nos dan guerra!

Reconoció el lobo las verdades mencionadas por la oveja y la dejó marchar.

MORALEJA

La verdad produce un efecto positivo, incluso entre nuestros enemigos.

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La liebre y la zorra

 

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Esopo

Cierto día, la liebre le preguntó a la zorra de dónde venía su fama de astuta.

-Es largo de explicar -contestó la zorra-. Ven a cenar a mi casa esta noche y te lo contaré. 

La liebre acudió confiada. Y la zorra, nada más cerrar la puerta, le dijo:

-Aquí la única cena que hay eres tú.

Por su recibimiento, la liebre supo que la fama de astuta le venía de sus maldades y mentiras.

MORALEJA

No debemos subestimar la astucia de los demás.

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El lobo orgulloso de su sombra

 

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Esopo

Cierto atardecer, vagaba un lobo por la llanura. Como el sol estaba bajo, al ver su sombra alargada exclamó:

-¿Cómo me va a asustar el león con lo grande que soy? Al menos mido treinta metros y, con este tamaño, podría convertirme en el rey de los animales...

Mientras soñaba, no se dio cuenta de que aparecía un león y se le tiraba encima. Al verse tan desvalido, el lobo dijo:

-La presunción es la causa de nuestra desgracia.

MORALEJA

Nunca te valores por lo que aparentas.

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