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sábado, 29 de abril de 2023

El consejo desoído

 

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Infante Don Juan Manuel


Caminando lentamente y extenuado por la fatiga, un hombre llevaba a hombros un saco con piedras preciosas. Cuando ya casi no podía más, tuvo que atravesar un río y, apenas, lo intentó, fue zarandeado por las aguas.

Un hombre que estaba en la otra orilla, le gritó:

-¡Arroje la carga si quiere salvar la vida!

Pero el necio caminante prefirió ahogarse a desprenderse de su tesoro.


MORALEJA


La codicia suele tener muy malas consecuencias.



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sábado, 22 de abril de 2023

El hombre y su arco

 

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Gottlieb Ephraim Lessing


Había una vez un hombre orgulloso de su arco.

-Es magnífico -solía decir-. Está hecho con la mejor madera del mundo, tan pulida y delicada que da gusto tocarlo.

Además, su precisión es asombrosa.

Tanto quería a su arco que decidió mejorarlo. Lo llevó al ebanista e hizo que tallaran en él una hermosa escena de caza. El resultado fue una auténtica obra de arte.

Impaciente pro probarlo, organizó una cacería con sus amigos. 

Cuando tuvo un venado a tiro, tensó el arco y apuntó, pero éste, debilitado por la talla, se partió.


MORALEJA



Lo más bello no es siempre lo mejor.



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sábado, 15 de abril de 2023

El príncipe y el halcón

 

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Pessis



Cierto príncipe aficionado a la casa dijo al halcón que siempre lo acompañaba:

-Eres un ave noble, puedes presumir de tu hermosura y de todos es sabida la rapidez con que cruzas el cielo. Pero, ¿de qué te sirve tanta virtud si te has convertido en un traidor que incluso cazas a los de tu misma especie?

-Lo hago, sí -replicó el halcón-. Pero enseñado por los hombres. A ustedes les debo haberme convertido en un villano.


MORALEJA


La falsa educación vuelve malos a los buenos.



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sábado, 8 de abril de 2023

Los cuatro náufragos

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La Fontaine


En un navío viajaban, con todas sus pertenencias, el hijo de un rey, un noble, un mercader y un pastor. Durante una tormenta, el barco naufragó y los hombres a duras penas pudieron alcanzar la orilla. 

Cansados y empapados, se sentaron a lamentar su desgracia hasta que el pastor les dijo:

-¿Por qué, en lugar de lamentarnos, no estudiamos la manera de arreglar nuestra pobre situación?

-Tú no has perdido nada -replicaron los otros-, pero nosotros... ¡Mira! Las aguas se han tragados nuestras fortunas.

-Sí, pero con lamentarse no van a recuperarlas. Y algo tendremos que hacer para sobrevivir.

Movidos por las palabras del pastor, cada uno ideó un plan:

-Yo lo sé todo de los números. Enseñaré aritmética y ganaré mucho dinero -propuso el mercader.

-Yo sé de buenos modales y costumbres. Eso enseñaré -aseguró el noble.

Y yo podré enseñar política -concluyó el hijo del rey.

Pero el pastor, que les había escuchado, intervino entonces:

-Tienen buenas ideas y mucha ciencia, pero con ellas no se resuelve el problema de inmediato.

Y dicho esto, puso manos a la obra: se internó en el bosque, recogió todas las ramas que pudo y las vendió en el mercado de una aldea como leña. Así, los cuatro pudieron sobrevivir.



MORALEJA


En ocasiones, no se necesitan tanto las ciencias y las ideas como la buena disposición al trabajo. 



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sábado, 1 de abril de 2023

El molinero, el asno y su hijo

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 La Fontaine


Cierta vez, un molinero y su hijo iban a la feria para vender un asno que llevaban atado de un palo, a fin de evitar que se cansara.

Al poco se encontraron con un campesino que les dijo, burlón:

-¡Vaya modo de andar por los caminos!

¡Así nadie adivinaría cuál de los tres es el burro!

Al oír estas palabras, el molinero desató al animal y ordenó a su hijo que se subiera al lomo mientras +el caminaba detrás. Poco después se toparon con un mercader.

-¡Qué vergüenza! -exclamó al verlos, dirigiéndose al muchacho-. ¿Es que no sientes ningún respeto por los ancianos? ¡Baja del burro para que suba tu padre!

Los molineros se miraron y decidieron hacer lo que sugería el mercader. Pero al poco tropezaron con una bella muchacha que, al verlos, empezó a vociferar:

-¡Vean qué escándalo! El pobre niño a pie y el haragán de su padre presumiendo en su burro.

Desconcertado, el molinero le dijo a su hijo que subiera también a lomos del animal. Se toparon entonces con un soldado que al verlos pasar, dijo escandalizado:

-¡Tontos! ¡Así matarán a la bestia!

Y los molineros, asustados, bajaron del burro y siguieron a pie con el animal caminando a su lado.

Al llegar a la feria, un pastor se burló de nuevo.

-¿Está de moda que descansen los burros mientras caminan los dueños?

¡Valiente trío de burros!

A lo que el molinero, cansado, replicó:

-¡Pues seré burro, pero a partir de ahora haré lo que me venga en gana!


MORALEJA


No intentes complacer a todo el mundo si con ellos no te complaces a ti mismo.



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La misión de los discípulos

Imagen cortesía de Freepik (freepik.com) Todos los derechos reservados. Los discípulos de Jesús se dedicaron a recorrer el mundo entero para...