Un hombre que tenía dos gallos compró una perdiz doméstica y la puso con ellos en el corral. Estos la perseguían constantemente con sus ataques, y la perdiz, pensando que la maltrataban por ser de distinta especie, se sentía humillada.
Días más tarde vio que los gallos se peleaban entre sí y que, cada vez que se separaban, estaban cubiertos de sangre.
Entonces se dijo a sí misma:
-No me quejaré más de que los gallos me persigan, pues veo que ni entre ellos son capaces de mantener la paz.
MORALEJA
Si los vecinos no conviven en paz, tampoco te dejarán vivir en paz a ti.
¡Visita mis productos seminuevos para bebé y demás miembros de la familia!
Apoya con tu donativo vía Paypal
No hay comentarios:
Publicar un comentario