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La Fontaine
Cierta vez, un molinero y su hijo iban a la feria para vender un asno que llevaban atado de un palo, a fin de evitar que se cansara.
Al poco se encontraron con un campesino que les dijo, burlón:
-¡Vaya modo de andar por los caminos!
¡Así nadie adivinaría cuál de los tres es el burro!
Al oír estas palabras, el molinero desató al animal y ordenó a su hijo que se subiera al lomo mientras +el caminaba detrás. Poco después se toparon con un mercader.
-¡Qué vergüenza! -exclamó al verlos, dirigiéndose al muchacho-. ¿Es que no sientes ningún respeto por los ancianos? ¡Baja del burro para que suba tu padre!
Los molineros se miraron y decidieron hacer lo que sugería el mercader. Pero al poco tropezaron con una bella muchacha que, al verlos, empezó a vociferar:
-¡Vean qué escándalo! El pobre niño a pie y el haragán de su padre presumiendo en su burro.
Desconcertado, el molinero le dijo a su hijo que subiera también a lomos del animal. Se toparon entonces con un soldado que al verlos pasar, dijo escandalizado:
-¡Tontos! ¡Así matarán a la bestia!
Y los molineros, asustados, bajaron del burro y siguieron a pie con el animal caminando a su lado.
Al llegar a la feria, un pastor se burló de nuevo.
-¿Está de moda que descansen los burros mientras caminan los dueños?
¡Valiente trío de burros!
A lo que el molinero, cansado, replicó:
-¡Pues seré burro, pero a partir de ahora haré lo que me venga en gana!
MORALEJA
No intentes complacer a todo el mundo si con ellos no te complaces a ti mismo.
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