Gottlieb Ephraim Lessing
En un reino lejano se celebró el bautizo del príncipe, al que acudieron dos hadas buenas a ofrecer sus dones.
-El don wue te voy a regalar -dijo la primera- es la aguda mirada del águila. Con ella verás todo lo que ocurre en tu reino y ni lo más insignificante pasará inadvertido a tus ojos.
-Con ese regalo -continuó la segunda- serás un buen rey. Pero te harás magnífico si, como el águila, no solo tienes una aguda vista para divisar lo más insignificante, sino que muestras también grandeza de espíritu para no atacar precisamente a los insignificantes. Ese será mi regalo.
Y cuando el príncipe llegó a rey, fue uno de los más sabios, justos y bondadosos que existió jamás.
MORALEJA
Las mejores virtudes no sirven de nada si no se utilizan para un buen fin.
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