Esopo
Una zorra cayó a un pozo y ahí se quedó atrapada.
Un chico que pasaba por ahí, al oír sus gritos sus gritos, se asomó y le preguntó qué tal estaba el agua.
-¡Estupenda! -fingió la zorra-. Como me caes bien, puedes bajar al pozo y compartir la bebida conmigo.
El chivo aceptó la invitación y, una vez que hubo bebido, vio que no podía subir para llegar hasta el borde.
-¿Cómo salimos? -preguntó a su compañera.
-Apóyate sobre las patas -respondió ella-; yo treparé por tu cuerpo y, una vez que esté fuera, te ayudaré a salir.
Así lo hicieron, pero cuando la zorra se vio libre, dijo al chivo:
-¡Adiós! ¡Que te diviertas ahí dentro!
Y se alejó riendo.
MORALEJA
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