Vivían en el bosque una cigarra y una hormiga.
En verano, la hormiga trabajaba llevando comida al hormiguero. Entre tanto, la cigarra se pasaba día y noche cantando.
Cuando llegó el frío invierno, la cigarra se encontró sin nada que comer y, hambrienta, fue a pedir alimento a la hormiga.
-Pero, ¿qué hacías tú cuando el tiempo era cálido mientras yo recogía grano? -preguntó la hormiga enojada.
-Cantaba libremente -contestó orgullosa la cigarra.
-¡Me gusta tu frescura! Pues si entonces cantabas, baila ahora, amiga mía.
MORALEJA
No dediques tu vida solo a la diversión; trabaja y guarda para los momentos de escasez
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