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Fedro
Una pequeña rana sintió envidia de la corpulencia del buey al que estaba viendo y decidió ser como él.
Después de estirarse e hincharse, le dijo a otra rana:
-Mírame, ¿soy tan grande como ese buey?
-No. no lo eres.
-¿Y ahora? -preguntó hinchándose aún más.
-Tampoco.
-¿Lo soy ya? -dijo después de estirarse.
-No, todavía no llegas.
Ya desesperada, la pobre rana hizo un esfuerzo enorme por parecer tan grande como el buey y acabó por reventar.
MORALEJA
Quédate siempre en el lugar que te corresponde.
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